lunes, 10 de diciembre de 2012

Cooperativas de vivienda en alquiler: la “tercera vía” sueca.


 

Cooperativas de vivienda en alquiler: la “tercera vía” sueca. Arquimia, 29/11/2007.

L@s suec@s lo llaman “arrendamiento-propiedad“. Es una tercera vía, un camino intermedio, una solución híbrida, equidistante entre los dos regímenes de tenencia tradicionales que conocemos por estas latitudes, el alquiler y la propiedad. Las cooperativas de vivienda en alquiler suecas tienen un poco de cada uno de estos dos regímenes de uso. Las cooperativas, los edificios de viviendas, son propiedad de sus asociados en su conjunto, como en cualquier cooperativa industrial o de servicios, pero sin embargo los cooperativistas no pueden “comprar y vender” su piso, físicamente su parte no puede ser segregada -porque , entre otras cosas, en Suecia, hasta la fecha, no existe ley de propiedad horizontal que permita dividir un inmueble sin partir la parcela matriz en subparcelas-, sino que disfrutan del derecho a alojarse en arrendamiento en su vivienda. La cosa funciona así:

Cualquier ciudadan@, incluso menor de edad o sin recursos propios, puede inscribirse en una cooperativa. Sólo tiene que abonar una cuota de entrada asequible (unos 50 €) y una cuota mensual que puede fijar libremente el asociado y que va generando y acumulando una “bolsa” o “cuenta vivienda cooperativa-personal” que, a su vez, en función de su cuantía acumulada, sirve como “puntuación” para tener prioridad en el acceso y elección a una vivienda (hasta 30 €/mes generan “puntos“; más allá, sólo generan ahorro, sin “puntos“). Estas aportaciones de los cooperativistas asociados -sean o no inquilinos- permiten a las cooperativas financiar parte de los costes de construcción de sus viviendas.

La puntuación que se va acumulando otorga mayor prioridad para acceder al alquiler de una vivienda, y para elegir la vivienda que se prefiera. Una vez adjudicada la vivienda, el cooperativista tiene derecho a permanecer en alquiler el tiempo que desee. Además, como copropietario-cooperativista, cualquier asociado tiene derecho -sea inquilino o no- a participar en la gestión de la cooperativa. La copropiedad (la participación en la cooperativa) se puede vender o heredar, y da derecho a un “retorno“, como en cualquier cooperativa, en el caso de su venta, recogiendo el montante de su ahorro anterior actualizado.

El sistema me ha parecido genial. Tiene, desde mi punto de vista, un montón de virtudes:

Como estas cooperativas están muy generalizadas, en Suecia casi cualquier persona joven (18 años o más) puede emanciparse en una vivienda en alquiler por un precio razonable para el nivel de vida sueco (unos 500€ al mes de media, que para la renta per cápita sueca, que es el doble que la española, parece un alquiler asequible, equivalente a nuestras rentas sociales), sin preocuparse por si va a vencer el contrato o le van a echar (y sin tener necesariamente que acudir a un alquiler social público, que también existe): si quiere, el alquiler es de por vida, y de hecho, es “copropietario” del inmueble, a través de su participación cooperativa, y puede participar en la gestión, en la elección de sus responsables y las decisiones que afectan al mantenimiento, reforma, gestión diaria… de su inmueble. Y además, cuando el inquilino ya no necesita la vivienda, porque encuentra otra más adecuada en alquiler, o porque se pasa a una vivienda en propiedad, puede recuperar el valor de su participación en la cooperativa por su cuantía real, acumulando su ahorro-cuenta vivienda y los rendimientos que ha generado la explotación de la cooperativa; este “retorno” puede permitir a muchos cooperativistas financiar un primer pago de su nueva vivienda, de manera que el “itinerario” entre tipos de vivienda no es traumático, es continuo, se va autoalimentando progresivamente.

Para la cooperativa disponer de un montante inicial (las cuotas de los cooperativistas), además de asegurar una financiación extra para abordar la inversión promotora, estas “cuentas vivienda” que custodia son una garantía de la integración de todos sus miembros, y sobre todo, de los que ya son inquilinos. Por esta vía añadirían una garantía para evitar morosidad y mal uso o deterioro de las viviendas, por si no fuera suficiente el sentimiento de “propiedad” que la naturaleza cooperativa otorga a cada usuario.

Como las gestoras de cooperativas están agrupadas en grandes corporaciones, la movilidad para l@s inquilin@s también está asegurada: pueden pasar de una a otra vivienda de la misma corporación sin grandes problemas. 

Este modelo creo que podría encajar muy bien en la sociedad vasca actual. No sólo por la aceptación social del sistema cooperativo (la proliferación y amplia implantación de este sistema de gestión empresarial social-participativa en el ámbito industrial y de servicios así lo demuestra), sino por las ventajas que proporciona a cooperativistas -que tendrían así una vía más de acceso a vivienda digna- y administraciones -que podrían ver cómo un sistema participativo, social, coadyuva en la dotación de alojamiento a toda la población, sin comprometer prácticamente otros recursos públicos que no sean la dotación de suelo urbanizado-.

Toda esta información, que tenéis (eso sí, en sueco) en la página oficial de una de estas corporaciones, HSB, de cuyos responsables pudimos recibir la semana todas estas explicaciones e incluso una visita “in situ” a algunas de sus promociones de cooperativa en arrendamiento-propiedad en Estocolmo. HSB tiene algo así como 600.000 cooperativistas asociad@s y un parque de más de 300.000 viviendas en más de 1.200 promociones gestionadas en cooperativa por toda Suecia, y es sólo una de las cuatro grandes corporaciones de cooperativas de Suecia. Precisamente este modelo, el cooperativo en alquiler, era uno de los objetivos de la visita técnico-institucional en la que tuve la suerte de participar los primeros días de la semana pasada, en una misión de “benchmarking” organizada por el Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco. Supongo que en próximos artículos os podré ir contando más cosas que vimos y aprendimos en este interesante viaje.


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